Tu voz, tu tarjeta de presentación
La voz es un maravilloso instrumento que te permite expresar el variado arco iris de información, pensamientos, sentimientos y emociones con que vibras ante la vida y las personas.
Es una misteriosa corriente de aire que se gesta en tu interior y haciendo vibrar las cuerdas vocales, consigue que el mundo sea partícipe de tu placer o de tu dolor. De tu alegría, tu tristeza, tu amor, tu odio, tu debilidad, tu miedo, tu verdad y tu mentira.
Sin embargo, ella es algo más que un instrumento y va más allá de la mera emisión de sonidos y palabras. El impulso de comunicar verbalmente no se centra tan sólo en los órganos vocales sino que, se extiende al resto de tu persona. Tu voz es la imagen que tienes de ti mism@; te identifica y te define. La voz está en contacto con tu yo más íntimo. Tu voz eres tu mism@.
¿Cuántas veces has detectado el estado de ánimo de otra persona oyendo sólo su voz a través del teléfono?. "Nada se puede ocultar". La voz es un reflejo claro, limpio, definitivo de tu personalidad, tu estado físico, mental, emocional y espiritual. ¿Te has dado cuenta que cuando quieres disimular un problema, una de las primeras cosas que haces es fingir "normalidad" con la voz?
Liberar y expandir la voz
Trabajar con la voz nos da la posibilidad de liberar y expandir nuestro sonido y alcanzar lugares donde nuestro cuerpo no puede llegar. Es conocer como funciona nuestra respiración, nuestro cuerpo y nuestra mente. Es sentir que la voz sale de nuestro sentir, de nuestra voluntad, nuestra inteligencia y nuestro cuerpo.
El trabajo vocal es un trabajo psico-corporal que supone un camino de autoconocimiento y de autoliberación, porque cuando "abrimos la garganta" estamos ejerciendo nuestro derecho a manifestarnos libremente, decimos adios a las cadenas que nos atan al miedo, a la falta de autoestima, a la angustia. Es fluir en lugar de encerrarse. La voz, cuando se trabaja en un sentido holístico, se convierte en un proceso de crecimiento a todos los niveles.
La voz es el sonido de nuestra energía personal; por tanto, es importante no juzgarla ni reprimirla, sino comprometernos con su libertad, que es la nuestra. El proceso de liberar nuestra voz nos recarga de alegría y de fuerza. Nos transforma porque actúa tanto en lo físico como en lo mental y emocional.
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