Podríamos definir la psicoterapia como el tratamiento por medios psicológicos de problemas de naturaleza emocional que afectan básicamente al comportamiento, la adaptación al entorno, las relaciones interpersonales, la salud y el bienestar físico o psíquico, etc. Si bien los métodos utilizados difieren mucho según la orientación teórica del psicólogo, la influencia se ejerce básicamente por medio de la palabra y algunos ejercicios o tareas en las que ambos participan.
¿Cuáles son sus objetivos?
Restablecer el bienestar de la persona; desarrollar habilidades y recursos; aumentar la responsabilidad de nuestros actos; reconocer y aceptar las dificultades y límites como paso previo a desarrollar capacidades e integrarlas para así ser más completos; fomentar el encuentro con uno mismo y con el otro; aceptar los desencuentros y/o conflictos como una oportunidad de aprendizaje y crecimiento (aceptarlos como parte de la vida); aprender a darnos permisos, etc. La Psicoterapia ayuda a la persona a ver y comprender lo que está pasando, cómo ha llegado a esa situación y a partir de ahí, desarrollar los posibles caminos o salidas, elegir el camino o caminos y ofrecer los apoyos necesarios para poder actuar en el/los camino/s elegidos.
¿Cómo se produce el cambio?
La base para que una persona supere sus problemas, dentro del contexto terapéutico, se encuentra en el vínculo que se forma entre terapeuta y el cliente, es decir, la relación significativa. Así, el paciente depositará en el profesional sus frustraciones, miedos, enojos y alegrías en la medida que se establezca una confianza profunda y duradera. La curación se produce a través del contacto interpersonal en la relación terapéutica. A través de este vinculo el paciente, descubre sus defensas, límites y dificultades; aprende nuevas formas de comunicarse y establecer vínculos, integra en su personalidad aspectos no tenidos en cuenta ni utilizados anteriormente, mediante la integración se hace posible que la persona afronte cada momento con espontaneidad y flexibilidad para resolver los problemas de la vida y para relacionarse con las otras personas.
¿Qué hace el terapeuta?
Las actitudes y aptitudes que promueve y desarrolla el terapeuta en dicha relación son:
La capacidad de observar, de ver al otro sin prejuicios. La experiencia completa en el presente en los niveles mental, corporal y emocional. La tolerancia a la frustración. La aceptación incondicional de sí mismo y del otro: desarrollo de una actitud que desea honestamente lo mejor para sí mismo y para el otro. Elevar el nivel de consciencia del paciente: hacer que (se) vea con más claridad: qué siente, qué piensa, qué quiere/no quiere, qué le preocupa exactamente, hacia dónde quiere ir, etc. Ayudarle a cambiar creencias y pensamientos limitadores: hacia sí mismo (autoconcepto, creencias acerca de lo que es capaz o no de hacer, etc.) y hacia el mundo exterior (cómo ve a los demás y al mundo en general). Mejorar sus habilidades sociales: para que sea capaz de comunicarse con más eficacia (para pedir lo que necesita, expresar sus sentimientos, saber decir "no" cuando es preciso, etc.), y Crear "experiencias emocionales correctivas": que le ayuden a reelaborar y asimilar, en circunstancias más favorables (las del presente y como adultos), situaciones emocionales que no pudo manejar en el pasado y/o que le ayuden a modificar el modo de percibir la realidad.
¿Qué es lo que cura?
Los factores terapéuticos que facilitan y promueven la curación o la resolución del/los problema/s que llevaron al cliente a la terapia son:
Infundir esperanza: El infundir y mantener la esperanza es crucial en toda psicoterapia.
Universalidad: Aprender de las experiencias y sentimientos propios y de los demás, proporcionar la oportunidad de confiar en uno mismo y en los otros para así ser valorado por nosotros mismos y por los demás.
Información Participada: Hace referencia a la Instrucción didáctica sobre la salud mental. Facilitar al paciente información sobre su "problema" lo tranquiliza.
Altruismo: Los participantes o miembros de una terapia de grupo ofrecen y reciben apoyo, consuelo, sugerencias, comprensión, comparten problemas similares con los demás,.
La recapitulación correctiva del grupo familiar primario: El grupo terapéutico reproduce el núcleo familiar primario y las relaciones que se dan dentro de él: hay figuras parentales de autoridad, hermanos o iguales, profundas relaciones personales, así como hostilidad y sentimientos de competencia. El grupo facilita que los conflictos familiares inconclusos sean revividos correctamente.
La Conducta Imitativa: En los grupos los pacientes se pueden modelar a sí mimos según aspectos de otros miembros del grupo, así como del propio terapeuta. Es frecuente para un paciente el beneficiarse de la observación de la terapia de otro paciente con una constelación problemática similar.
Catarsis: La expresión intensa de la emoción alienta el desarrollo de la cohesión: los miembros que expresan fuertes sentimientos desarrolla íntimos vínculos entre sí. La expresión abierta de afecto es vital para el proceso terapéutico del grupo; en su ausencia, un grupo degeneraría en un ejercicio académico estéril. Aun así, es tan solo parte del proceso y debe ser complementada por otros factores.
Factores Existenciales: tales como: Responsabilizarnos de nuestro comportamiento, acciones y decisiones; Afrontar las cuestiones básicas de la vida y la muerte; Vivir más honestamente; Afrontar nuestra soledad para que desde allí podamos "estar y ser con" otros;.
Cohesión de Grupo: La condición "sine qua non" para un resultado efectivo de la terapia es una adecuada relación terapéutica, caracterizada por la confianza, la cordialidad, la comprensión empática y la aceptación. La cohesión se refiere a la condición de que los miembros experimenten cordialidad y consuelo en el grupo, que sientan que pertenecen a él, que son valorados, aceptados y apoyados incondicionalmente por lo otros miembros.
Aspectos que indican que el proceso funciona:
1. Se ha aumentado la Autoestima.
2. El cliente es capaz de plantear y realizar soluciones nuevas al/los problema/s.
3. Hay un cambio en la relación con la intimidad de la vida (hay menos evitación de la intimidad, hay más riesgo).
4. Cambios de actitudes vitales (más optimista).
5. Cambios en la estructura familiar (más autonomía e independencia afectiva).
6. Mayor disfrute de la vida.
7. Desarrollo de capacidades y recursos.
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