ARQUETIPOS Y AVENTURA INTERIOR

Por: BELEN MAYAM
Psicóloga
Finestrat, Alicante


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Los arquetipos aparecen en los cuentos tradicionales, vestidos de personajes muy característicos, representando facetas que todos tenemos potencialmente y que podemos desarrollar. Son símbolos de cualidades, capacidades, formas de ser que nos acercan a la comprensión del Ser en su proceso de "individuación" o "autorrealización". También aparecen en los sueños, en las figuras del tarot y en el arte en general -pintura, escultura, literatura, etc.

Tomar contacto con la simbología arquetípica es una "Aventura Interior" en la que pintorescos personajes y facetas humanas, resuenan dentro de un@ mism@, despertando ó haciendo conscientes, dones y posibilidades hasta ese momento desconocidas, todo ello en un lenguaje más ó menos poético y fundamentalmente intuitivo.

Carol Pearson, autora del bestseller "El Héroe Interior", nos ofrece en un segundo libro más completo llamado "Despertando los Héroes Interiores", un mapa existencial de 12 arquetipos para recorrer una travesía de autodescubrimiento: quién soy yo, cuáles son mis dones, mis limitaciones, cómo puedo traspasarlas y dar mis frutos.

Este "mapa existencial" está formado por tres tipos de arquetipos:

Arquetipos del EGO:

El inocente, el huérfano, el guerrero y el bienhechor, todos ellos representan aspectos y fases por las que pasamos para desarrollar un Ego maduro o una estructura de la personalidad que nos permita realizar nuestro paso por esta vida de una forma digna y podamos tener una relación con el mundo de una manera segura y satisfactoria.

Arquetipos del ALMA:

El buscador, el destructor, el creador y el amante, estos nos acercan a los misterios de la vida y la muerte, de los estados de conciencia no ordinarios, del arte y del amor. Son el puente desde la realidad "tangible" a la "otra realidad", nos conecta con lo traspersonal.

Arquetipos del SELF:

El gobernante, el mago, el sabio y el bufón; representan los estadios finales del proceso de "individuación", en definitiva la integración y armonización de toda la experiencia para pasar de "estar" en el mundo a "ser" en el mundo y aportar y actualizar todo el potencial que traemos genuino e intransferible. Es la aplicación del aprendizaje de la travesía, a la vida cotidiana y al aquí y ahora.

El último arquetipo del proceso, el bufón, manifiesta la alegría de vivir, la vitalidad e ingenuidad de los niños y nos recuerda al primer arquetipo del mapa: el inocente, empezando así de nuevo la rueda en espiral sin fin de la evolución y el crecimiento personal.

La travesía se ha completado, el tesoro ha sido conquistado y el reino - la vida propia - se transforma en base a un nuevo principio ordenador.