La sabiduría más profunda y esencial para la vida está contenida en los cuentos tradicionales. Allí los símbolos se dan la mano con la realidad, la fantasía y los deseos con la razón de ser humano.

A través de los cuentos tradicionales de todo el mundo, podemos vivenciar lo que nos une a nuestros semejantes sin importar tiempo, ni espacio, raza, ni origen social; también podemos percibir lo que nos hace diferentes, ofreciéndonos la posibilidad de apreciar esas diferencias y respetarlas sin temor.

Los cuentos tradicionales - y muchos que no lo son - hablan directamente de la parte más profunda y compleja del ser humano, al mundo de sus sentimientos, ese mundo silenciado cada vez más por una sociedad excesivamente consumista en que sobrevivimos marcados por la prisa, el estrés y el afán de consumo, sin poder deleitarnos apenas con una hermosa puesta de sol, o con una relajante conversación donde haya lugar para una sabrosa leyenda, para un cuento donde nos podamos ver identificados.

Durante muchos años he trabajado con los cuentos. Primero en clase, como profesora, y casi sin saber en qué mundo tan rico y profundo me estaba metiendo, usaba los cuentos porque me daba cuenta del "enganche" que tenían para los alumn@s. De hecho fueron ell@s los que primero me llamaron "La Cuentacuentos". Más tarde me centré más en esa maravillosa actividad que es contar cuentos a mis semejantes, niños, adultos, personas mayores, todas las miradas son la misma mirada de fábula, ávida de otros mundos, otras enseñanzas, otros sueños vivos en los cuentos.

En estos momentos de mi vida he ampliado mis actividades con respecto a los cuentos. Me interesa investigar los valores simbólicos de los cuentos, reivindicar el tesoro de los cuentos para la humanidad. Seguro que nos entenderíamos mejor si pudiésemos contarnos cuentos entre los distintos individuos, pueblos y culturas. Incluso creo que viviríamos nuestras vidas con mayor autenticidad, valor y profundidad, si pudiésemos imaginárnoslas como un cuento que tuviésemos que contar.

Me llama mucho la atención un cuento titulado "La creación del mundo según los indios Hopi". Aquí los seres humanos, que han olvidado el sentido de la vida, tienen que llegar al cuarto mundo para lograr una vida mejor. Este cuarto mundo al que acceden gracias a las exploraciones del "pájaro gato" está habitado por La Muerte, quien accede a compartir su mundo con los hombres. Ahí comienzan los hombres una nueva vida más exitosa que las anteriores en cuanto a luz de conciencia se refiere. El cuento se cierra con esta frase: " Y esta vez para no olvidar el sentido de la vida inventaron las leyendas".

Justamente de esto se trata, que hemos olvidado en gran medida el sentido de la vida, y volver al mundo de los cuentos y las leyendas nos puede ayudar a recobrarlo. Al menos a mí así me ha sucedido. Por eso no me extraña que un psicoterapeuta como Jorge Bucay utilice los cuentos para su trabajo, y que haya publicado varios libros al efecto como "Cuentos para pensar" y "Déjame que te cuente" entre otros.