¿ES ORO TODO LO QUE RELUCE?

Por: MARIA P. HERNANDEZ
Fundadora y Directora de
SIGEL CONSULTORES
Alicante


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Bajo mi punto de vista, empresarios y empleados viven en un eterno duelo que muchas veces se hace insostenible y que va en detrimento de la salud de la empresa y de sus personas...

Uno de los lances de este duelo es que los empresarios tienen claro que tratan muy bien a sus empleados y éstos a su vez se quejan y despotrican de ellos continuamente ¿os suena esto? Este entuerto va a formar parte de la cultura empresarial de forma perenne, sin embargo, la realidad actual ya deja ver que hay empresas y profesionales que quieren dar un giro a la problemática que tienen dentro de su misma casa. Si hacemos un análisis sustancial, vemos que las empresas aunque estén formadas por una persona, en el momento en que necesitan de una colaboración externa - es decir - un/a trabajador/a, buscan a una persona y casi por regla general quieren contratarla. Lo primero que les viene a la mente es el dinero que les va a costar esa persona y ahí entra en una dinámica de buscar y rebuscar qué tipo de contratos y condiciones le ofrecen mayores ventajas, hasta aquí ¿alguien ve algo extraño? todo parece lícito y dentro de la normalidad. El trabajador se incorpora y empiezan juntos una andadura que en un porcentaje muy elevado, acaba pronto y bastantes veces, en condiciones desagradables.

A primera vista, ninguna de las partes sabe muy bien qué sucede, sin embargo el entendimiento brilla por su ausencia. El empresario argumenta que tiene contratado al trabajador, que le paga lo que estipula la ley, que le permite disfrutar de las vacaciones que le pertenecen y junto a eso también menciona algunos detalles como: "los primeros días era puntual y al cabo de dos semanas llega quince minutos tarde casi siempre", "llega la hora de salida y se va pitando"... ¿y qué hay del trabajador? Dice algo como: "pensaba que el trabajo tenía buena pinta, imaginaba ganar un sueldo que me permitiera por lo menos atender mis necesidades básicas de alojamiento, comida etc...", "Qué mas me da, si no es mío, total para lo que me pagan", "Me sonaban tan bien las palabras de "posibilidades de promoción garantizadas" que hasta me había planteado ponerme al día con mis conocimientos de informática".

Esto huele que apesta y cuántos hacen oídos sordos, se tapan la nariz para no oler y se mantienen punto en boca... muchos empresarios y muchos trabajadores. El clima que se genera es de desconfianza, descontento, suspicacias y el resultado es que el personal es cada vez más rotativo, está menos o nada vinculado a la empresa, los índices de producción disminuyen, la eficacia es muy relativa, el consumidor final deja entrever algunas veces datos en contra de los servicios recibidos. Hay empresas enfermas, lo triste y real es que algunos de sus dirigentes ni se dan cuenta hasta que se manifiestan consecuencias muy negativas.

Seguramente que alguien va a decir: "eso siempre ha sido así" "no se puede hacer nada" "es cosa de los políticos"... y es cierto, así va a seguir siendo permanentemente para aquellas empresas y profesionales que lo crean aunque también existen otras empresas y profesionales que quieren ir un pasito más allá y ven que hay nuevas claves para tener trabajadores/as excelentes, prueban convencidamente esas nuevas herramientas y analizan en qué medida y en qué áreas su empresa está creciendo gracias a la nueva apuesta.