Aunque es típico de Andalucía, pues es bailado en todas sus provincias, es un baile popular procedente del baile folclórico de cada región. Las sevillanas derivan de las seguidillas manchegas.
Hace cuatrocientos años, en nuestro país sólo se bailaban jotas y seguidillas. Cada región, cada pueblo tenían sus propios bailes y unas vestimentas propias. Es una lástima que, aunque no se haya perdido totalmente, cada vez se practique menos el baile folclórico.
¿Por qué nos entusiasman tanto las sevillanas? ¿Por qué nos atrapa su ritmo? Probablemente porque es conocido de siempre por nuestros ancestros, incluso a personas de otros países europeos les encanta.
Hay teorías que afirman que las sevillanas proceden de ritmos austríacos, del vals, por eso tienen el mismo compás (3/4).
Cuentan las abuelas que antiguamente las bailaban solamente las mujeres entre ellas, en sus reuniones. Posteriormente se incorporaron los hombres y se les dio un leguaje, que habla de una historia de amor...
LAS SEVILLANAS CUENTAN UNA HISTORIA
Las sevillanas constan de cuatro coplas (antes eran siete) con tres estrofas cada una. En el transcurso de ellas se va desarrollando la interpretación de una historia de amor con final feliz.
En la primera copla la mujer se luce, coquetea, y el hombre va a su encuentro... Ella finge huir o desentenderse. La segunda copla representa el acercamiento, la seducción... La mujer permite que se acorten las distancias. En la tercera se rompe el hechizo, se figura un engaño, una pelea, un enfado, se zapatea para enfatizar la escena. Y en la cuarta, llega la calma, el encuentro, la aceptación del otro, la reconciliación y muy poca distancia entre los dos.
ESTE BAILE DA MUCHO JUEGO
Existen las sevillanas del "quite": Las bailan dos mujeres y un hombre. Durante el baile éstas se disputan la atención del hombre.
Cuando participan cuatro personas, bailan en forma de cuadrado, con dos parejas que se cruzan e intercambian entre sí.
Cuando hay cinco personas o más, se pueden bailar individualmente (sin pareja y siempre al frente) o en grupo, formado un corro (esta modalidad admite tanta gente a la vez como espacio haya disponible).
Además de dar mucho juego a la hora de bailarlas, os diré también que hay muchos estilos: Las rocieras, que son muy rápidas; las corraleras, que son las más extendidas y populares y se bailaban en los corrales; las de Lébrija con mucha percusión; las boleras del siglo XVII y las flamencas, ambas instrumentales y un largo etc.
Como os he dicho, tenemos muchas formas de bailarlas y muchos estilos. También tenemos la posibilidad de bailar diferentes temas: históricos, bíblicos, de amor y pasión, cómicos, etc. Hay sevillanas "cachondas", hay sevillanas "protesta" y hay hasta sevillanas "fusion" con jazz y blues, y ¡hasta con letra inglés!. Son cantadas por Martirio, Ketama, Manolo García y Niña Pastori entre otros.
Estas son una alternativa para quienes no les agrada lo que suena a antiguo.
En fin, que tenemos de todas las formas y colores y además varias velocidades. Existen lentas, e incluso ralentizadas, y otras que "vas a la carrera"... si te descuidas puedes ser atropellado por la música.
UNIENDO TECNICA E IMPROVISACION
En este juego hay normas fijas, como en un partido de fútbol, con una diferencia que te proporciona una ventaja: si conoces bien la estructura de la primera sevillana, puedes bailar todas y, aunque te pierdas, siempre sabrás dónde estás.
Aunque tiene una estructura fija y unas normas, también hay momentos que invitan a la improvisación de pasos, movimientos y palmas, creándose así una competición sana (con la pareja o el grupo) de tu forma particular de expresar este baile.
LAS SEVILLANAS EN LOS 80 Y EN EL NUEVO MILENIO
En los años ochenta fueron un "boom" de la moda del momento. Todo el país aprendió a bailar sevillanas, se nos contagió de la alegría de las palmas y en muchas ciudades se abrieron tablaos.
¿Por qué será que aún la gente desea aprenderlas? Probablemente porque se "enganchan" primero a conseguir dominarlas y después a poder jugar a bailarlas en todas sus formas y maneras, con un estilo personal y, debido a que la improvisación no tiene límites, tampoco los tienen sus posibilidades.
Tengo la convicción de que las sevillanas no murieron en los noventa como cualquier otra moda, sino que las mataron quienes las enseñaron rápido y mal, sin trasmitir su verdadero mensaje. Puedo afirmar que, tras 20 años ininterrumpidos de enseñarlas, he llegado a la conclusión de que pasa el tiempo y la gente continúa solicitándolas.
BAILAR SEVILLANAS ES LUDICO Y SALUDABLE
Considero que es un ejercicio físico suave, aunque bastante completo, pues se mueven todas las articulaciones del cuerpo. Se trabajan también la parte artística, creativa, la expresión corporal y la interpretación de la historia contada. Es una forma de divertirse con los demás, bailando a cualquier edad, de mejorar la coordinación, la orientación, de fomentar nuestro equilibrio (al mantener un ritmo constante estabiliza nuestro cuerpo y nuestra mente, pues participa todo el ser).
VITALIDAD Y ALEGRIA
Recientemente en un programa de radio participó Cristina Hoyos, conocida profesional del baile flamenco, que superó un cáncer de mama. Comentó que las personas que sufren cansancio, apatía, depresión, problemas de comunicación, etc., podían utilizar el baile de sevillanas como terapia, puesto que produce alegría y ganas de vivir.
Un profesor me dijo hace tiempo que quien baila sevillanas no se pone enfermo. Quizá sea algo exagerado, pero en Andalucía las personas bien mayores las bailan y las cantan y, a edades avanzadas, son vitales, saludables y conservan su alegría.
Es seguro que el movimiento constante de todo el cuerpo reactiva la circulación sanguínea, tonifica el corazón, mejora la respiración y la oxigenación del cuerpo, etc.
En la zona de las muñecas y en los dedos, según la Medicina Tradicional China, existen importantes puntos de acupuntura. Posiblemente el movimiento constante de muñecas y dedos reactive esos puntos y los canales de energía a los que pertenecen.
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