Puede ser que las modas se repiten al cabo de los años, al igual que sucede con la ropa, los peinados, los complementos, la decoración, etc.
Cantantes de todos los estilos, están volviendo a grabar ritmos que nuestros abuelos conocieron muy bien y ya habíamos dejado de escuchar hace tiempo. Nunca es tarde para comprender esta música que, aunque estés sentado, hace que se te muevan los pies.
En los años sesenta el Rock & Roll (en el que todavía existía el contacto entre la pareja) dio paso al Twist, al Boogie Woogie y al baile suelto de discoteca. Eso dio lugar a que se fomentase la no-comunicación al bailar, y junto a esto, la música disco tuvo su máximo apogeo. Después llegaron el Funky, el Tecno-pop, el Acid-house y posteriormente el Bakalao. Estos ritmos repetitivos y los últimos, sin contenido ni armonía, han llevado a movimientos cada vez más simples y eclécticos, en los cuales cada uno baila para sí mismo, para liberar tensiones. Uno se sube a la tarima y disfruta moviéndose "a su manera", escuchando la música con muchos decibelios, en una pose entre narcisista y exhibicionista. Muchos jóvenes (y no tan jóvenes) se conforman con botar y rebotar, flexionando las rodillas, agitando los brazos y la pelvis con movimientos compulsivos. Eso puede descargar tensiones (o generarlas), pero no puede ser considerado como bailar.
BAILAR ES OTRA COSA
Bailar es dibujar con los pies..., es dejarse llevar por un ritmo, estar pendiente de sus cambios, con unos pasos que previamente habremos interiorizado y automatizado, acompañados por una pareja, deslizándonos por el espacio, hablando sin hablar, porque no hace falta... A veces te sientes volar.
Hay quien disfruta bailando un bolero de Los Panchos, mientras otros prefieren un pasodoble español, un fox o un vals vienés. Pero últimamente lo que más "pega", entre gente de todas las edades, es el baile latino: merengue, salsa, cumbia, cha cha chá, bachatas y la rumba.
Muchos empiezan a aprender con estos ritmos por puro placer de hacerlo. Son ritmos sencillos, con melodías pegadizas, que enseguida se asimilan y además resultan divertidos.
Se puede decir que aprender a bailar está al alcance de todos. Al igual que sucede cuando aprendemos a conducir, al principio podemos vernos o sentirnos torpes, pero pasadas unas pocas clases, el baile se irá interiorizando y terminará por fluir de forma casi espontánea.
Algunas personas deciden profundizar en el mundo del baile, llegando incluso a motivarse para concursar en competiciones.
BAILE DE COMPETICION
El baile de competición es una forma de baile de salón, que ha evolucionado a partir del baile social. Este tipo de práctica incluye elementos del mundo del espectáculo: el vestuario es impresionante. Para cada estilo existe un tipo de vestido y de calzado.
Hay seis estilos de bailes de competición que se agrupan en dos: estándar o social y latino.
Existen numerosos tipos de concurso, pero el más importante es el que organiza la International Ballroom Dancing, que se celebran en Reino Unido, Italia y otros países europeos. Se divide en dos categorías: Amateur y Profesional.
Estos concursos cuentan con un jurado muy exigente en cuanto a técnica, estilo y expresión, además de la fantasía, la compenetración con la pareja, el número de pasos y figuras, etc.
BAILAR ES COMUNICARSE
Para mí, bailar es básicamente comunicarse, compartir un momento, a veces mágico, disfrutarlo; contactar con tu pareja de baile (que no necesariamente debe ser tu pareja), llevar y dejarse llevar, ser cómplices disfrutando del "ahora".
Los seres humanos necesitamos del contacto físico con otras personas, compartir aficiones, desconectar de la vida cotidiana, aunque sólo sea por unos minutos, celebrar y festejar bailando.
ALGUNAS CARACTERISTICAS POSITIVAS DEL BAILE
. Es un ejercicio suave, pero bastante completo.
. Desarrolla la coordinación mental y muscular.
. Tonifica y da vitalidad al cuerpo.
. Es una buena actividad tanto social como de pareja: se puede realizar con tu "media naranja" y en grupo con amigos.
. Promueve y recupera la comunicación y facilita la expresión de sentimientos y emociones.
. Se puede practicar a cualquier edad, puesto que no requiere especiales cualidades físicas ni mucha dedicación.
. Relaja las tensiones, aumenta el dominio del cuerpo, da seguridad y confianza en uno mismo.
. Acerca el arte de la danza a personas que, de otro modo, no podrían conocerlo.
APRENDER A BAILAR
Con una clase por semana, en poco más de tres meses, todos bailan "presentablemente", aunque coinciden en afirmar que ya les "ha entrado el gusanillo" y quieren perfeccionar y aprender algún otro estilo menos común o más complejo.
Algunos dicen que el baile es como una droga, cuando empiezas no sabes que es una actividad altamente adictiva. Es un vicio sano, podéis estar seguros.
Es una actividad recomendable para todo el mundo, que cada uno practica por diferentes motivos. Hay quien viene a clase para "desconectar", otros para hacer algo de ejercicio, algunos para ampliar su círculo de amistades, otros para ligar, para desmarcarse de una pareja aburrida, porque tienen una asignatura pendiente, o simplemente para aprender unos pasos y poder "defenderse" en bailes, pubs o fiestas populares.
En resumen, la gente viene a clase por dos motivos fundamentales: porque quieren aprender y quieren divertirse.
El profesor debe adaptar la forma de impartir clases con un método eficaz, debe comunicar el interés por el baile y promover la cooperación de los alumnos para crear un ambiente agradable y de compañerismo, en donde el que sabe más pueda compartir baile y conocimientos con el más novato, donde todos bailan con todas y viceversa, haciendo fluir la relación humana entre el grupo.
He aquí la principal tarea del profesor que debe lograr que sus alumnos APRENDAN y a la vez se DIVIERTAN.