Dado que en el anterior número de Mazulagia publicamos la necesidad del vínculo con el otro, hoy nos vamos a centrar en la importancia del contacto y la vivencia de la caricia.
CONTACTO
Biodanza estimula un buen contacto interpersonal, nos ayuda a encontrar nuevas motivaciones para vivir con plenitud y goce.
La manera de tornar la comunicación flexible y agradable, es mediante la práctica del contacto, en la que se establecen los circuitos de intercambios de energía en diversos niveles. El contacto permite la conexión de la energía de la vida, que es de naturaleza cósmica. Cuya repercusión en las personas que participan, tienen efectos múltiples; desde reacciones químicas y eléctricas de los neurotransmisores y procesos neurológicos, hasta la fecundación de la vida con la vida.
La comunicación a través del contacto tienen efectos integradores y muy profundos sobre el inconsciente vital. La reciprocidad de contacto despierta progresivamente emociones eróticas y afectivas. Nuevas investigaciones demostraron que el contacto activa el sistema cardio-respiratorio, disuelve las tensiones motoras crónicas de defensa y refuerza el sistema inmunitario.
En Biodanza consideramos la "función de contacto" como terapéutica. En la medida en que el contacto corporal, en especial la caricia activa, moviliza y transforma. Si bien, es importante considerar que el contacto en sí mismo, es decir, el contacto mecánico, no es curativo. Tiene que darse dentro de un contexto afectivo, en un proceso progresivo de comunicación y empatía.
CARICIA
La caricia es una expresión de afecto, mediante el contacto corporal, con dimensiones orgánica y existencial. La esencia de la caricia es el establecimiento de un círculo de ida y vuelta entre los individuos, un diálogo corporal que alcanza distintos grados de intensidad y constituye el instrumento más afectivo para el inducción de cambios integradores, al conectar la energía de la vida con el otro y con el universo.
La caricia es un íntimo reconocimiento y valorización de la persona como un todo. Todo cuerpo que no es acariciado comienza a morir. La piel no solo cumple la función de separar, también de unir. Si la musculatura y la piel forma un continente genuino, podemos vincularnos auténticamente con otras personas y el universo, e integrar bastos ciclos de energía vital.
La caricia se llena de consistencia en la dialéctica de dar y recibir. Su dinámica es por tanto un circuito palpitante de reciprocidad. Cuando se realiza una caricia las tensiones se relajan, las personas se valorizan a sí mismas. Las variaciones y combinaciones son infinitas; desde un leve roce intencional de los cabellos, distintas formas de abrazos y hasta el encuentro sexual.
La falta de caricia produce serias distorsiones de la imagen corporal. La relación con nuestro cuerpo está condicionada con el contacto con el otro. Vivimos nuestra corporalidad cuando acariciamos y somos acariciados.
ALGUNAS CARICIAS QUE SE REALIZAN EN BIODANZA
Acariciamiento de espalda. Es un ejercicio básico para perder el miedo al contacto, disuelve las corazas y ayuda al otro a disminuir las tensiones de espalda. Acariciamiento del rostro, de las manos, acariciamiento del cabello.
Sentir al otro con caricia es sentirnos a nosotros mismos como seres humanos valorados, apreciados, hermosos y con derecho a ser queridos.
EFECTOS DE LAS CARICIAS
Eleva el ánimo, vitalidad y levedad, efecto anti-depresivo, aumenta el deseo sexual, revalorización y amor al propio cuerpo, capacidad para dar y recibir afecto, sentimiento de felicidad, sentimiento de libertad.
|