GENEROSIDAD VS. EGOISMO

Por: EDY XALABARDE
Director de la revista
MAZULAGIA
Website: mazulagia.com
Email: director@mazulagia.com


otros artículos de CRECIMIENTO PERSONAL


Generalmente cuando en alguna de mis conferencias hablo sobre esta cuestión, se produce entre el público una cierta sorpresa.

Muchos esperan que defienda la generosidad y que desprecie el egoísmo y, al no hacerlo, digamos que se pueden mostrar algo contrariados. Eso si, esto sólo sucede antes de que explique mis argumentos.

No es que yo desee defender el egoísmo como forma de comportamiento positivo, ni por supuesto que le quite valor a la generosidad. Intentemos centrar un poco la cuestión.

¿Qué es mejor ser egoísta o ser una persona generosa?

I love me Muchos estarán tentados, guiados por los conceptos morales, a responder inmediatamente que ser generoso es lo correcto. Otros, guiados por experiencias no demasiado positivas, quizá se sientan inclinados a responder que a los egoístas les va mejor en la vida.

En mi experiencia con las personas de mi consulta, hay de todo. Existen personas que nunca podrán disfrutar de hacer algo por los demás, sin buscar mayor recompensa que la satisfacción de hacerlo. Y otras que, en cuanto se enteran de que alguien necesita este o ese favor, dejan inmediatamente lo que están haciendo para brindar su ayuda a quien sea.

Los primeros de alguna forma creen que el tiempo o los recursos que gastan con los demás, nunca retornarán en modo alguno. Es decir, lo ven como una pérdida.

Los otros sin embargo, se sienten impulsados a ayudar, parece como si no pudieran resistirse a esa tentación. Si no prestan su ayuda, se sentirán mezquinos, pudiendo llegar a sentirse culpables durante largos períodos de tiempo.

Hasta aquí no parece ser una cuestión moral o ética, sino más de impulsos interiores.

Cuando llegamos a este punto, parece que nada se va a aclarar, que ser egoísta o ser generoso, proviene tan sólo de una cierta presión interior.

A mis alumnos les enseño que cuando no puedan discernir con claridad si algo es positivo o negativo, presten atención a cómo afecta eso en sus vidas. Con esta perspectiva es mucho más fácil distinguir hasta que punto tener comportamientos generosos o egoístas es realmente positivo o negativo. En cuanto observamos desde este punto, enseguida comprendemos.

Conozco personas muy generosas que siempre han dado todo a los demás y que cuando han necesitado ayuda, se han visto totalmente ignorados, cuando no criticados por los que se supone que antaño eran personas muy agradecidas.

También he conocido a personas tan egoístas que ni siquiera tenían las simpatías de sus familiares más cercanos. Y que toda su vida social se limitaba a un mero intercambio en el mejor de los casos.

¿Podemos decir entonces que tanto la generosidad como el egoísmo son negativos? pues no. No es esa la intención ni la dirección de este escrito.

Cualquier actitud o comportamiento debe tener su momento, su lugar y su dimensión.

Un médico de la Edad Media decía, hablando de las sustancias, que "la sola dosis hace el veneno". Es decir que este o aquel medicamento o incluso alimento, no eran ni buenos ni malos, sino que tomados en cantidades inadecuadas podían convertirse en perjudiciales e incluso mortales.

Si actuamos de forma exageradamente generosa, fuera de lugar, en un momento inadecuado o favorecemos a quien no debe serlo. estaremos teniendo un comportamiento inadecuado que de una u otra forma nos pasará algún tipo de factura.

Lo mismo podríamos decir del egoísmo, exagerado, fuera de lugar o momento, o hacia quien no es merecedor de eso. también estaremos comportándonos como no es debido y por supuesto la vida nos pasará un cargo por ello.

Así pues ¿Cuál es el comportamiento adecuado? ¿Qué es lo que debemos hacer?

Es muy sencillo. Lo mismo que deberíamos en cualquier otro momento de nuestra vida: Valorar las circunstancias, ver qué es lo más conveniente, por qué vamos a hacerlo y hacia quién va dirigido el comportamiento elegido. En definitiva. utilizar nuestro sentido común.

¿Y si aún así nos equivocamos? Equivocarse es algo que también hacen los sabios, pero lo que nunca hace ninguno de ellos es persistir en los errores.

Una corrección a tiempo, con seguridad nos ayudará.